We celebrate that the Iowa Supreme Court has recognized there is no right to an abortion to be found in the Iowa Constitution and, in so doing, has lifted an injunction against the law that would prohibit abortions after a heartbeat can be detected.
As Pope Francis has said, “Let us respect and love human life, especially vulnerable life in a mother’s womb.” For us, this is a question of the common good and human dignity. Human life is precious and should be protected in our laws to the greatest extent possible. As a state and as a society, we should commit ourselves to working for the protection of all vulnerable populations from violence – wherever individuals and groups are at risk.
We urge people of good will in Iowa both to work for an end to the practice of abortion and to join us in tireless, unremitting and compassionate solidarity with pregnant women in distress, with the men who fathered these children, and with families in need.
Most Rev. Thomas Zinkula, Archbishop of Dubuque
Most Rev. R. Walker Nickless, Bishop of Sioux City
Most Rev. William Joensen, Bishop of Des Moines
Very Rev. Kenneth Kuntz, Diocesan Administrator, Diocese of Davenport
Comunicado sobre la decisión sobre la ley del aborto
28 de junio de 2024
Celebramos que el Tribunal Supremo de Iowa haya reconocido que la Constitución de Iowa no reconoce el derecho al aborto y, al hacerlo, haya levantado una orden judicial contra la ley que prohibiría los abortos una vez detectado el latido del corazón.
Como ha dicho el Papa Francisco, ” Respetemos y amemos la vida humana, especialmente la vida vulnerable en el vientre materno.” Para nosotros, se trata de una cuestión de bienestar común y de dignidad humana. La vida humana es preciosa y debe estar protegida en nuestras leyes en la mayor medida posible. Como Estado y como sociedad, debemos comprometernos a trabajar para proteger de la violencia a todas las poblaciones vulnerables, dondequiera que haya individuos y grupos en peligro.
Pedimos a las personas de buena voluntad de Iowa que trabajen para poner fin a la práctica del aborto y que se unan a nosotros en una incansable, inquebrantable y compasiva solidaridad con las mujeres embarazadas en angustia, con los hombres que engendraron a estos niños y con las familias necesitadas.
Reverendísimo Thomas Zinkula, Arzobispo de Dubuque
Reverendísimo R. Walker Nickless, Obispo de Sioux City
Reverendísimo William Joensen, Obispo de Des Moines
Muy Reverendo Kenneth Kuntz, Administrado Diocesano, Diócesis de Davenport
